Se necesita más tecnología en el agro
Durante el pasado mes de marzo, en medio de un proceso de digitalización del país, el DANE hizo un anuncio preocupante, solo el 15% del campo utiliza tecnificación en sus prácticas.
Después de este anuncio inmediatamente salieron titulares como Agro en Colombia en jaque por la baja implementación de la tecnología y El 15% del agro en el país usa alta tecnología en procesos, pero ¿qué tan cierto es esta realidad?, ¿por qué debería cambiar? ¿y qué hace el país para remediarlo?
Una realidad compleja
Varios especialistas concuerdan con el DANE, sobre todo respecto a los pequeños productores que en Colombia son mayoría, la implementación tecnológica es muy baja.
Existen diferentes factores que ayudan a explicar esta situación, señalan Juan Carlos Palacio, docente de la Facultad de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Pontificia Bolivariana, y la doctora Adriana Quinchia, directora del Doctorado en Ingenieria de la Escuela de Ingenieros de Antioquia.
Entre los principales se encuentran:
1) La histórica brecha económica entre las zonas urbanas y rurales, que con el pasar de los años se ha mantenido y crecido con factores como la migración del campo a las ciudades.
2) La infraestructura de las zonas rurales. Al no tener acceso a un internet estable, o a unas carreteras de fácil tránsito, es más difícil y costoso equipar una granja, así como transportar productos e insumos.
3)Las diferencias en los suelos productivos del país. Aunque la biodiversidad puede ser una ventaja frente a otros mercados, implica desafíos, porque no todos los cultivos necesitan los mismos dispositivos tecnológicos y es difícil priorizar y subsidiar cuando son tan diferentes.
De igual forma, ambos especialistas concuerdan en que se debería hacer un esfuerzo nacional para apostarle a los procesos de transformación de las materias primas como el desarrollo de guacamoles en la industria aguacatera.
La Doctora Quinchía manifiesta que “en la actualidad el agro en Colombia debería ser un sector de prioridad, requiere grandes cantidades de inversión”.
¿Por qué hacerlo?
En 1985 Chile tenía un índice de pobreza que rondaba el 50-60%, según explica David Berríos de la empresa chilena Lem System. Sin embargo, entre ese año y 2015 fue el país que más redujo su pobreza.
Berrios explica que esto se debió a una serie de reformas que enfocaron la economía en favor de la agricultura y la minería, lo que implicó un desarrollo tecnológico en el sector que les facilitó prevenir las estaciones climáticas y demás desafíos de su propio territorio.
Este esfuerzo le permitió al sector de la agricultura chilena, por ejemplo, ser el de mayor crecimiento en 2018, “alcanzó un crecimiento de 5,8%, con exportaciones por US$ 18 mil millones y, lo más importante, con la creación de más de 800 mil empleos”, puede leerse en el página web del gobierno chileno.
Un caso de éxito es el del aguacate. En ese país solo puede ser producido en unos pocos meses en el año, aunque se maximiza el cultivo gracias a la tecnología, posicionándose en el segundo lugar de producción, solo superado por México que puede producir todo el año.
¿Qué hace el país para acotar la brecha?
Aunque históricamente se han intentado implementar diferentes acuerdos políticos para desarrollar el campo, lo cierto es que en los últimos años ha sido el propio mercado y las universidades que han llegado al campo, con innovación, buscando una alta rentabilidad económica.
Palacio resalta el caso de los cafés de origen, en los que se logró un esfuerzo por parte del pequeño productor que le permite mejorar notablemente su producción y traer mejores ingresos a su cadena de producción.
Por su parte, en la Escuela de Ingenieros de Antioquia se desarrolla un proyecto que pretende reutilizar 600 toneladas de residuos agroindustriales cada año en Urabá.
De igual manera, emprendimientos de alto impacto como Frubana eliminan intermediarios entre los productores y restaurantes, facilitando la logística y mejorando los ingresos de los primeros.
Igualmente, eventos como Expo Agrofuturo, que reúnen y atraen inversionistas, productores y empresas de tecnología son una pieza clave para mejorar ese 15%, recuerda programar tu asistencia para del 26 al 28 de octubre en Corferias, Bogotá.